Bodegas La Legua exporta el 90% de su producción
A una legua (6 kilómetros) de Valladolid y sus municipios de Cigales, Mucientes, Fuensaldaña y Cabezón de Pisuerga. De ahí le viene el nombre a la finca que acoge los viñedos de Bodegas La Legua, perteneciente a la Denominación de Origen Cigales.
Esta extensión de 90 hectáreas -80 de ellas plantadas de viñedo-, desde donde se divisan espectaculares vistas de la capital del Pisuerga, ha estado vinculada con el vino desde antiguo. De hecho, existe una bodega subterránea de 300 años y sus propietarios aseguran que aquí se establecieron las tropas de José Bonaparte por la ubicación estratégica del terreno y acabaron con las existencias de vino.
En 1968, Emeterio Fernández, prestigioso neurólogo y psiquiatra afincado en Valladolid, buscaba una finca cercana a la capital del Pisuerga por su afición al campo y se le planteó la posibilidad de adquirir La Legua, que no dudó en comprar con el objetivo de dar un futuro profesional a uno de sus hijos, con discapacidad auditiva. Habida cuenta de la dificultad para trabajar el viñedo por la heterogeneidad del mismo, plantado de diversas variedades, visitó numerosas zonas vinícolas para aprender sobre el cultivo y arrancó las cepas y regeneró la plantación, aunque se conservan varias parcelas de cepas muy antiguas.
En la actualidad, el viñedo tiene una antigüedad de en torno a 35 años, con un 85% plantado de la variedad tempranillo, un 8% garnacha y un 7% cabernet sauvignon.
“El suelo de la finca es perfecto para trabajar la viña. Es cascajo puro y la planta debe realizar verdaderos esfuerzos para sobrevivir, lo que provoca que centre su energía en su reproducción, es decir, en la calidad del fruto, y no en las hojas y ramas”, explica Gonzalo Fernández Escribano, consejero delegado de la bodega, quien el pasado año abandonó su puesto como asesor jurídico de una de las principales compañías de Castilla y León para hacerse cargo del negocio familiar tras el fallecimiento de su hermano.
Primera añada
Hasta 1996, la familia vendió la uva a terceros. Fue entonces cuando consideraron que el fruto tenía la calidad suficiente y decidieron tomar las riendas. En ese mismo año realizaron una primera prueba, con unos 200 litros y fermentación artesanal, con unos resultados “excepcionales”. Así pues, un año más tarde se construyó la primera fase de la bodega y esa misma campaña se elaboró la primera añada, con 50.000 litros. “Lo recuerdo como algo estresante, a la vez que ilusionante y gratificante. Todo era novedad para nosotros pero lo más importante es que vimos que éramos capaces de sacar el proyecto adelante”, señala el consejero delegado.
Crianza
El siguiente paso fue envejecer en barrica y en 1998 vio la luz el primer crianza. Fue en 1999 cuando se produjo uno de los principales hitos de la bodega al elaborar la primera añada de El Capricho, el vino top de La Legua, desgranado a mano cada racimo y fermentado en barrica. De este tinto, que sólo se produce en las mejores cosechas, se elaboran apenas 2.000 botellas.
En la actualidad, Bodegas La Legua tiene una producción que ronda las 200.000 botellas, de las que 100.000 corresponden al crianza, su vino más representativo, 40.000 para el joven, otras 40.000 para el roble y 15.000 para el reserva. Además, cuenta con un parque de medio millar de barricas, el 50% de madera americana, el 40% francesa y el 10% húngara. Uno de los aspectos más destacados de la bodega es que exporta más del 90% de su producción. “Nos vimos obligados desde el principio por los prejuicios existentes en España acerca de un tinto de calidad de una denominación de origen desconocida, como era Cigales. Nos dimos cuenta de que en nuestro país debíamos hacer un gran esfuerzo para abrirnos camino en el mercado y pensamos en situarlo donde lo valoren por su calidad, no por la contraetiqueta.
Afortunadamente esta situación está cambiando a medida que va calando la cultura del vino en España”, señala el máximo responsable de la bodega. Aspectos diferenciales: Entre los aspectos diferenciales, Fernández Escribano señala: “no entra más uva que la que producimos, lo que implica un control total del proceso; todo el viñedo se localiza en torno a la bodega, por lo que desde que se vendimia hasta que entra en nuestras instalaciones pasan pocos minutos; y toda la viña se encuentra emparrada, lo que facilita las labores -realizamos 22 a lo largo del año- y contribuye a la salubridad de la cepa”.
Fuente de la noticia: http://www.castillayleoneconomica.es/bodega/bodegas-la-legua-exporta-el-90-de-su-producci%C3%B3n